Los asesinos de Noir

Segundo caso: Contratista

<<Se estaba poniendo el sol, no sabía qué hora ni en qué día estaba. Hice otro trago a la botella y dando tumbos, me dirigí hacia un callejón. Al girar para entrar, me pegue contra alguien, me pesaba la cabeza así que ni me moleste en levantarla. Por las pintas parecía una prostituta. Seguí mi camino y me tumbé en una pared. Creo que me quede dormido unas cuantas horas, y me desperté con un fuerte dolor de cabeza. Mire a mi alrededor, todo estaba oscuro y parecía que me habían robado la botella, así que rebusque en mi bolsillo en busca de algo de dinero. Pero encontré algo más impresionante y peligroso. Un papel donde ponía “Noir: Bishamon”. No supe que era eso hasta años después. Me alegre de no haberlo tirado en ese momento, aunque estuve a punto.

Pasaron varios años de eso, mi negocio empezó a ir viento en popa desde que me case y me puse serio. Ahora soy el jefe de una empresa algo influyente. Pero el jefe de otra empresa algo más poderosa parece verme como un rival muy peligroso. Enseguida me empezó a atacar, mis ventas descendieron, mis empleados desaparecieron, mi familia empezaba a notar la escasez de cosas. Entonces notando la soga en mi cuello. Encontré en un libro antiguo el papel de aquella noche. Escuche rumores de ese grupo “Noir”, como asesinos, pero que era difícil encontrar la forma de contactar. Pero en ese papel podría hallar la luz al final del camino. Había un correo electrónico. No sabía que tenía que hacer, así que puse de asunto “Noir: Bishamon” y comente la persona que tenía que matar. Tardo solo un día en recibir respuesta, solo había un día, una hora y un lugar escritos en el mensaje. Fui allí, solo. El punto de encuentro fue un cementerio cerca de una iglesia antigua. Estaba oscuro y lo único que alumbraba el lugar eran las velas y mi linterna. Entonces escuche un ruido, un maullido y gire bruscamente. Ante mi había una persona con una máscara y unas orejas de gato, una larga capa de un pelaje gris, parecía suave. Sin querer lo ilumine con la linterna, pero ni se inmuto. La baje rápido y saque un sobre de mi chaqueta, me acerque poco a poco y alargue la mano para dársela. Ese individuo recogió el sobre y lo abrió. Entonces le explique varios detalles de la persona. No había caído en ello, pero no le había preguntado el pago que debería hacer por el encargo. En todo el rato esa persona no había hablado, y pensé que con esa pregunta diría algo, pero no fue así. Me enseño un papel doblado, lo recogí y vi un precio algo elevado y unos números que supuse que sería una cuenta bancaria. Al alzar la vista del papel, volvía a estar solo en el cementerio.

En menos de una semana, ya anunciaban los diarios la muerte del líder de aquella empresa, aunque los medios de comunicación solo hablaba de que le habían atacado un empleado que le guardaba rencor o cosas por el estilo. Rápidamente ingrese en aquella cuenta el dinero que me pedía, pues no quería poner en riesgo mi familia. Después de eso, todo volvió a la normalidad, e incluso mejor, pues yo también me apodere de la empresa que ahora estaba sin ningún jefe que la dirigiera. Pero después de la experiencia que puede hacer que una persona te odie, decidí tratar a todos los trabajadores de la mejor forma posible. No quisiera que una noche llegara alguien del “Noir” >>

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