<< Un día, el líder de “Noir”, hizo traer a un hombre
a su guarida. Ese hombre era un famoso presidente, adorado por todos menos por
sus rivales. Allí el hombre quedo traumatizado para siempre, y aunque fue el
único en salir vivo del lugar, nadie creía su historia, pues le daban de loco y
lo enviaron a un manicomio.
Aunque esto se remonta, cuando uno de los rivales de dicho
hombre estaba a punto de perder las elecciones. Consiguió la forma de contactar
con “Noir: Master” y a cambio de una desorbitante suma de dinero e incluso de
poder, le pido que raptara a su rival y que lo incapacitara del poder de
ejercer de presidente, pero que no lo matara. Aunque “Noir” es un grupo de
asesinos, aceptaron la oferta. Siendo asesinos tan sigilosos, no les costó
entrar dentro de la mansión sin hacer saltar ninguna alarma. El hombre abrió
los ojos y lo único que le dio tiempo a ver fueron unas largas sombras sobre
él. Lo raptaron de la cama, le taparon los ojos y se lo llevaron. Ya en la
guarida, lo soltaron, cayó de rodillas en el suelo. Tembloroso noto como le
desataban las manos, él mismo se acercó a desatarse la cinta de los ojos.
Cruzaba los dedos para que todo eso fuera una broma, pero no podía ir más
errado. Nada más acostumbrarse a la poca luz que había en la sala, que justo
pegaba encima de sus ojos, desvió la mirada hacia el frente donde vio una silla,
muy amplia y cómoda. Giro a su alrededor, dos seres, un gato y un león gigantes
le acechaban, aterrorizado retrocedió. Noto algo detrás y al girarse otros tres
seres más le rodaban. Tembloroso se encogió. Al poco, noto que estés no hacían
nada. Observó más detenidamente a su alrededor. Había cinco animales gigantes
que caminaban a dos patas rodeándole, y pronto se sumaron tres más, un lobo, un
oso y un gorila. La luz se apagó del todo y el ruido del arrastrar de pieles
empezó a sonar por el lugar. Sonidos raros empezaron a oírse mientras un gran
ruido de animales se mezclaba. De vez en cuando, débiles rayos de luz aparecían
y desaparecía tan rápido que los ojos del hombre no se llegaban a acostumbrar,
solo lograba divisar las grandes y tenebrosas sombras de los seres que le
rodeaban. Eso aún le aterraba más. Entonces noto como si empezaran a quemarle
la piel y a desgarrársela. Él movía desesperadamente los brazos como intentando
alejar a las tinieblas, pero con miedo a tocar alguno de esos seres. Pero se dio
cuenta de que por mucho que movía los brazos nunca llegaba a tocar nada.
Entonces noto como si el suelo se abriera y descendiera a gran velocidad, pensó
que se estrellaría contra el suelo, pero la oscuridad y esa sensación de caída
no terminaba. Aquellos molestos sonidos aun retumbaban por su cabeza. “Haz que
paren” repetía una y otra vez, hasta que él mismo dejo de escuchar su propia
voz, por mucho que gritase o chillase, no oía nada. El calor de que se estaba
quemando, la sensación de caída y ahora un silencio absoluto, le estaban
empezando a trastocar. En pocos minutos, sus ojos quedaron en blanco y espuma
blanca salía de su boca. De golpe todo pareció volver a la normalidad. Estuvo
inconsciente durante varias horas, sufriendo los síntomas de un ataque de
epilepsia. Al calmarse, sus ojos se abrieron y solo vio la cara de muchos
animales encima de él antes de que cubrieran su cabeza con una bolsa.
Apareció en su casa, en su cama. Solo había desparecido un
día. Para él fue vivir un trozo de infierno y sintió que fue eterno. Él había
cambiado radicalmente, se escondía en las esquinas, encorvado y tembloroso,
hablaba entre cortado, temiendo que de pronto dejase de escucharse. Habla de
animales gigantes bípedos. Los médicos no era capaces de mantenerle mucho tiempo
consciente cuando intentaban hacerle recordar donde estaba. Entonces, lo
encerraron en el manicomio.
Con el nuevo presidente, “Noir” controla ya todo un
país.>>
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