Los asesinos de Noir

Pausa

-Ess raro ver a un cuervo desspierto por la mañana- siseaba arrastrando las eses.

Crow sin levantar siquiera la vista de lo que estaba haciendo, le ignoro. Pero pronto noto como por su pierna trepaba una fuerte y musculosa anaconda que empezaba a abrazarse con fuerza. Crow agarro al animal del cuello de tal forma que incluso pareció ahogase el dueño. Con las garras de cuervo agarrando a la serpiente, parecía apunto de degollarla, pero no le vio ningún interés y la dejo caer. El reptil hizo un gran estrepito al chocar contra el suelo. Asustada repto hasta las piernas de su amo, subiendo y enrollándose alrededor del cuello y hombros. Desde esa altura, bufó enseñando sus colmillos y lengua bífida. Un cuervo descendió en picado, en el intento de arrancarle los ojos a aquella serpiente, lo esquivo de milagro. El ave se posó en el hombro de Crow y estés se marcharon.

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