Los asesinos de Noir


Jake en busca de pistas


Ya habían pasado otros dos meses desde la desaparición del detective Ray. Jake había dado parte de su desaparición, pero ningún familiar o conocido apareció para saber más. El policía, junto con Lui, el informador, buscaron información sobre el pasado de Ray para poder contactar con algún familiar. Según le contó Lui, Ray tenía una familia y una hermana pequeña, pero que un día entraron en su casa a robar mientras él estaba en la universidad, cuando volvió encontró a su padre apuñalado en el despacho, a su madre en el salón muerta y su hermana pequeña había desaparecido. Después de aquel incidente, Ray, se había estado culpando por no haber estado en casa. Y dedicó su vida a buscar a su hermana, hasta tal punto que dejó los estudios de derecho para hacer de detective y poder centrarse en su búsqueda. Jake consiguió localizar las tumbas de los padres de Ray y decidió ir hasta allí. Habían vivido en una zona residencial a las afueras de la gran ciudad. Estaba algo lejos y primero tuvo que atravesar el pequeño pueblo de casas iguales, dúplex con jardín y garaje. Tras unos kilómetros más, encontró el cementerio. Una bonita llanura de césped verde, en algunos lugares más cuidados que en otros, se notaba sobre todo en las flores y el color de las lapidas, que las más recientes y limpias eran blancas y las de peor estado ni se leían los nombres por la suciedad y maleza.
Jake estuvo cerca de quince minutos dando vueltas para encontrarlos, hasta que al final el conserje/jardinero se le acercó.
- Buenas, señor, ¿le puedo ayudar?- habló mientras se sacaba la borra
- Sí, por casualidad no sabría dónde están las lapidas de...- rebuscó para enseñarle un papel- la señora Muriel y el señor Gerbil Collins.
- Sí, claro por aquí.- indicó el hombre- Eran una buena familia, la gente del barrio los conocían. La señora Muriel se encargaba de los más necesitados y el señor Gerbil era un médico muy reconocido, tenía laboratorio propio, ahora abandonado. Una pena que unos desequilibrados hubieran tomado sus vidas de esa forma.
- Ya, ¿y sus hijos?
- ¡Oh! El travieso Ray y la pequeña Susan, les gustaba pasear mucho con sus padres. En aquella época trabajaba de jardinero en el parque, allí siempre venían a verme y saludarme. Una pena que Ray acabara tirando su vida por la borda y que Susan apareciera poco después... Por cierto, ¿Qué le trae hasta estas personas?
- ¡Espere! ¿Susan apareció?
- Sí, la policía encontró no muy lejos, dos días después, el cuerpo de una niña. Ray decía que no era su hermana, pero no le culpamos, estaba ya muy mal. Tras las pruebas esas que hacen los policías, el ADN o eso, demostraron que si era Susan Collins. Al final, en la lápida de la madre pusieron también el nombre de la hermana. Creo que es por ello que Ray no volvió nunca a pisar este sitio. Estaba obsesionado de que ella seguía viva.- Comentó parándose por fin.
- Toda una tragedia, sí...- se agachó con un quejido, Jake.
Observó las lapidas, limpias y con flores frescas. Dos lapidas la del señor Gerbil Collins y al lado la señora Muriel Collins y la pequeña Susan Collins.
- Veo que aun vienen a cuidarlas. Se ve que son importantes- comentó Jake
- ¡Qué va! Fueron importantes de vida, pero ya sabes "a rey muerto, rey puesto", ahora todos hablan de ellos de vez en cuando como un recuerdo, no se molestan a venir hasta aquí para verles.
- Entonces...- alzó la vista.
- No, no, no es trabajo mío. De vez en cuando llega un hombre vestido de negro, dejas las flores y se marcha. Otras veces, llega junto a una chica. Él se queda junto a un coche negro de cristales tintados, mientras ella sube hasta aquí y limpia un poco, deja flores y pasa un rato. Luego se marchan. Ella sobretodo viene en días fechados, como la data de fallecimiento o en los cumpleaños.
- ¿Cómo eran esas personas?- se alzó Jake, pensando que tal vez, por muy remota que fuera la posibilidad, podría tratarse de Ray.
- El hombre era un adulto con gafas, pelo negro corto y peinado hacia atrás, constitución más bien delgada. Vamos, el típico hombre trabajador de ciudad. Pero ella en cambio, lucia ropa más vistosa cuando venía, para mí que parecía una famosa de esas de televisión, pero no sé. Debe de ser de altura media, de cara bonita y parece de constitución débil, pero eso ya es mi punto de vista. Su pelo debe ser un marrón blancoso y suele llevar gafas de sol.- comentó mientras miraba alrededor- y a todo esto... ¿Qué es usted para la familia?
- Se podría decir que soy un amigo de trabajo de Ray.
- Bueno, parece que me reclama. Si necesita algo, estaré en la garita- dijo mientras miraba el busca que había empezado a sonar.
- Vale, muchas gracias.
Jake se quedó un poco más junto a las tumbas, sacó su pitillera pero no llegó a encender el cigarro. En teoría, había dejado de fumar por el nieto que estaba de camino. Su hija siempre había estado protestando que fumaba mucho, así que se prometió a si mismo que lo dejaría cuando fuese a ser abuelo. Remoloneó un poco frente a la idea de una calada, pero al final se volvió al coche. Deambuló por las calles hasta dar con la dirección de la casa de los señores Collins. No se esperaba que en llegar allí, la casa estaría calcinada. Bajó del vehículo y caminó por el seco césped de la quemada casa.
- Disculpe, señor, ¡Señor!- le llamaba una mujer joven que se encontraba al otro lado de la valla, debía ser la vecina- Si busca mirar casas para comprar, es la calle siguiente.
- No, no. Se equivoca. Solo miraba, llama mucho la atención esa casa en ruinas. Sobre todo si toda la calle está llena de casas iguales.- respondió Jake acercándose a la valla de madera.
- Ya, le entiendo. Aunque parece ser que el dueño no la quiere arreglar, así que.- comentó la joven.
- ¿Sabes quién es el dueño?
- Si no voy mal, el hijo de la familia. No sé si sabrá, pero hubo un accidente muy feo en esa casa. Yo me mudé aquí un poco antes de los asesinatos, y pasé miedo por mi vida al igual que el día del incendio tuve miedo de que me quemaran la casa también. Según se rumoreaba, fue un accidente de gas.
- ¿De gas? ¿en esta clase de casas?
- Sí, es raro, en teoría son totalmente eléctricas, pero por alguna razón ellos tenían en el sótano algunos aparatos que iban a gas. Pero por suerte, el día del incendio no había nadie viviendo ya.
- ¿Cuánto hace del incendio?
- No estoy segura, hará 5 meses o así. – meditó la chica entonces miró hacia la calle asegurándose que no pasaba nadie y entonces se acercó un poco más a la valla y tapándose un poco la boca habló más bajito- Si le digo la verdad, esa familia era muy extraña, para mí que escondían algo. Eran unos vecinos perfectos, parecían sacados de una de esas familias de películas. Esa clase de personas solo ocultan cosas en el fondo. Pero aquí parece que todos los veían como gente de lo más normal y buena. Si lo piensas cuando se construyó esta urbanización ellos ya estaban aquí, poco a poco fueron llegando los demás, pero ellos consiguieron seguir siempre en boca de todos. Hasta el final, ahora ya se van olvidando de ellos, pero aun así todos los recuerdan como una familia agradable y perfecta.
- ¡Marí! ¿Qué estás haciendo? ¿no te he dicho que no hables con desconocidos? ¡Entra en casa!- le llamó con voz grabe un hombre desde la puerta de su casa.
- ¡Voy! Solo le estaba ayudando al señor con unas indicaciones...- le protestó- Señor, si sigue hasta las afueras encontrara un restaurante con un buen menú a bajo precio y a la derecha un camino de tierra. Si quiere pasar el rato y entretenerse, allí encontraras algo.
- ¡Marí!- gritaron.
- ¡Voy!- respondió.- Que se divierta- dio media vuelta y se volvió a casa.
Jake se alejó de la valla y se centró de nuevo en la casa ennegrecida. No quedaba nada más allá de un o dos pilares de hormigón. La casa estaba rodeada por un cordón policial que prohibía el paso por peligro. Jake pasó por debajo y comenzó a explorar lo que quedaba de aquel dúplex. No había sobrevivido nada al fuego. Aun así, rebuscando encontró algunos muebles algo chamuscados, pero reconocibles. Después de ver que no había nada que valiera la pena, se volvió a montar en el coche. Entonces, puso rumbo hacia el lugar que la chica había dicho, de igual forma tenía ganas de comer y no sabía dónde había un sitio cerca. Vente minutos después, estaba aparcando en el parking del establecimiento. Comió el menú del día, no estaba mal para ser un restaurante de carretera. Tras acabarse el café y ya de nuevo en la carretera, se metió por un camino de tierra rodeado de árboles, donde pronto encontró una valla metálica rota. Paró el coche y se bajó. No podría entrar en coche pero si a pie. Vio en el suelo un cartel que indicaba que era propiedad privada y solo podían pasar personas autorizadas, en sus buenos tiempos seguro estuvo colgada en la entrada.
- ¿Qué clase de basurero es este?- comentaba para sí Jake mientras pisaba algunas planchas de metal que se habían desprendido del edificio.
Caminó hacia el destartalado edificio viendo que en cualquier momento se podría venir abajo. No había puerta alguna, el tiempo o algunos gamberros ya se la habían llevado. En un lateral de lo que quedaba de muro se podían ver en relieve las palabras "L.E.Collins".
- Vaya, esto debe de ser el famoso laboratorio- silbó mientras buscaba su encendedor en el bolsillo.
El interior estaba oscuro, pero muchas de las planchas del techo se habían movido o caído, dejando que pequeños rayos de luz bajase para iluminar algunas zonas.
- Si la policía no encontró nada en su momento, ¿Qué habría de encontrar yo?- farfullaba Jake mientras posaba su mano sobre algo que parecía una mesa.
El laboratorio era una gran nave industrial, ahora desmoronada, llena de cristales por el suelo, no solo procedentes de las ventanas sino también de lo que en su momento fueron materiales de laboratorio. Las planchas del techo habían caído sobre las estanterías, volcándolas o sobre las luces. El lugar disponía de varias salas, entre ellas lo que sería el despacho del señor Collins, pero también muchas habitaciones de puertas robustas y fuertes, pues estaban intactas a comparación del edificio, algunas tenían dentro lo que en algún momento se llamó cama. Solo quedaba el esqueleto metálico y oxidado de lo que eran. En el despacho Jake encontró toda clase de papeles tirados así como de botellas y demás.
Jake estaba acabando de revisar la última sala cuando al girarse su mano pegó contra una estantería haciendo que se le cayera el mechero.
- Mierda, mierda, mierda- se maldecía mientras pisaba una llama que empezó a extenderse por los papeles que parecían haber estado mojados con algo inflamable por lo rápido que se extendió la chispa.
Un humo negro se extendió por la habitación, en apagarse por fin el fuego, escapando por unas rendijas de ventilación y los agujeros del techo. Jake tosió mientras agitaba la mano para acabar de disipar el humo y se agachó a recoger su mechero.
- Que desastre, menos mal que no llevaba zapatos nuevos- suspiró Jake observando su suela ennegrecida. Entonces alzó la cabeza hacia la pared- ¡Pero que...!
El humo se había impregnado en las paredes dejando entrever palabras grabadas en ella, muchas ilegibles por el poco humo que salió y otras por la falta de pared en esos trozos. Jake en salir de su asombró sacó el teléfono y fotografió apurado lo que había encontrado. Nadie haría fuego dentro de un laboratorio y menos si estaba la policía investigando un caso de robo y asesinato. Jake elaboró una improvisada antorcha con la que humear las paredes del laboratorio. En muchas paredes había grafitis hechos por chavales que debían usar el lugar para las fiestas. Aun así, donde más encontró fue en una habitación pequeña donde tuvo que usar una palanca para abrirla. En acabar de fotografiar, comprobó que las letras que había descubierto al principio ya habían desaparecido, por lo que volvió a su coche con todas las fotos que pudo hacer.
Ya sentando frente al volante fue examinando una a una la caligrafía de las habitaciones: En una habitación hubo dos personas diferentes, en otra solo había escrito uno, pero en otra ya había hasta cinco clases de letras. Había palabras en diferentes idiomas, cosa que dificulto el entender que ponía. Jake sacó un cuadernillo de la guantera y empezó a escribir en limpio todo aquello entendible.
"Ayuda" "Help me" "no olvides" "solo es un sueño, solo es un sueño..." "auxilio" "Yo soy yo" "Las personas de blanco son peligrosas" "Sé que no me queda mucho, dejo esto aquí para darte ánimos, aguanta, sea quien seas. Te compadezco" "Pronto seré libre" "La oscuridad es muy grande" "tengo miedo" "Nunca vi el mar, siempre deseé ver el mar, si el mar, un profundo azul en el cual desaparecer" "Esto es una agonía" "No quiero más dolor, ¿cuándo cesaran?" "No me puedo creer que por mucho que grites nadie te oiga, donde estoy" "Otra vez, solo se oyen gritos de agonía y dolor, cuando cesara, no puedo más me voy a volver loca" "Hoy se han llevado a otro" "¿Porque nadie viene a por mí?" "Mamá, papá os quiero mucho"
Y así Jake extrajo palabras, frase incompletas o sin sentido de las fotos hasta que llegó a dos de las más importantes y conservadas.
"No quiero olvidar, tengo miedo, no quiero que me olviden. Soy Nana y no sé cómo he llegado aquí. Cada día es insufrible. Duele, me duele hoy también. Soy Nana, me llamo Nana no me llame como un animal. Llego varios días sin dormir, han empezado de nuevo las pesadillas. Ellos solo mira. Muchos ojos. JAJAJA. Solo se tú, ¿pero quién eres tú? ¿Soy yo?. No sé cuánto llevo aquí, solo no quiero más dolor. Les sigo la corriente. Hoy, he matado a uno. Era él o era yo. Rojo, la sangre no se va de mis manos. Me doy asco. No recuerdo mi cara, empiezo a olvidar las cosas. Solo tengo que obedecer. Sí. No pensar en nada, dejar que los demás decidan. Soy... ¿Quién soy? Ya hace tiempo que lo he olvidado, mi nombre, o cualquier detalle, ya he olvidado... porque escribía y quien es esa Nana que escribe. Yo no estoy loca, son los demás los que están mal. No más descargas por favor. Hoy se acabará todo, por fin la oscuridad ha aparecido. Siiiii, la oscuridad lo envolverá todo y me llevará con él. No más dolor, no más tortura, no más blanco, por fin el negro lo cubrirá todo incluso estas manchas de sangre."
- Dios santo, pero que ha ocurrido ahí dentro- se horrorizaba Jake mientras acababa de escribir las últimas palabras. Pasó a la otra- Esta no pinta mejor.
"G.C ; M.C; N.F; O.A; Y.R; M.F; W.S; J.H; P.D; K.G; Los tipos de blanco; G.C ;G.C. Los odio. Hay que eliminarlos, no deberían existir, son escoria. Da igual, tras las experimentaciones perderé todo, desde la voluntad individual a estos sentimientos. Me limitaré a esperar. No hay más. Solo dolor en este pozo de oscuridad blanca. Incluso la noche es mejor. Los gritos de los demás te molestan al principio. Pero eso al menos demuestra que están vivos, por ahora. No los quiero conocer. Si me los encuentro, me veo obligado a matarlos. Cuántas vidas se habrán llevado mis manos. No debo de ser humano. Una bestia me pega más. Ya me da igual. Sé que de aquí no saldré si no me vuelvo el ser que ellos buscan. Lástima de ellos, tengo ganas de destrozar sus yugulares con mis manos. Solo un poco más, pronto eliminaré todo rastro de esta existencia. Haré desaparecer todo al igual que le hicieron a Él. Aun oigo su voz llamándome, me está esperando, le iré a buscar y pondré paz a su agonizante vida. Solo espera un poco más, pronto, pronto todo terminará." 
"Noir, tú que gobiernas desde las sombras. 
Capas negras, negras almas.
 Por favor, oye el llamado de aquellos llantos. 
Solo tras tus cálidas manos manchadas, 
La profundidad del infierno ardiente traiga, 
Descanso a todas las almas marcadas."
Jake no pudo descifrar más contenido por el idioma, algunas veces francés, que se mezclaba. Como comisario sabía que esto no le proporcionaba nada. Ni tampoco valía la pena desenterrar un hecho ya sepultado y cerrado por los años. Aun así, sabía que lo que había encontrado era muy peligroso y que si no vigilaba podría perder la vida en las entrañas de la oscuridad. La relación de Noir volvía a aparecer.

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