Los asesinos de Noir

Familia Mustang


La cama estaba tibia, él había estado durmiendo hasta hace unos instantes en ese lado. Pero nunca estaba para cuando yo me despertaba.
- ¡Mirai! Apura, que llegarás tarde a clase. Y aun no has desayunado.
- Voy mamá.- me respondió mientras la oía bajar apurada las escaleras.
Dejé su tazón favorito sobre la mesa y añadí leche caliente. Mientras iba a buscar los cereales escuché como se sentaba.
- Mamá, ¿tendré un hermanito?- preguntó cogiendo la cuchara.
- ¿Por? ¿quieres uno?
- Pues, no sé…- respondió desviando la mirada- Martina, dice que pronto tendrá un hermano pequeño.
- ¿A sí? Pues tendré que ir a felicitar a la madre de Martina.- me senté a su lado mientras dejaba los cereales a su alcance.
- No quiero, no quiero compartir mis cosas, ni que dejen de hacerme caso…- empezó a hacer pucheros mientras agarraba la mesa- no quiero compartir a papá, ni mis vestidos… - casi empezaba a lagrimear.
- Ya está cariño, ya pasó- le susurraba mientras la abrazaba suavemente.- Por ahora no va haber hermanitos, a no sé qué quieras uno de verdad. Así que desayuna que tenemos que marcharnos. Además Zeke y Lucca ya están deseosos de salir a pasear.
- Es verdad- sonó más animada mientras comía.
Acompañé a Mirai hasta su escuela para, de paso, pasear los perros. Hablé con las vecinas e hice algunas compras de camino. En llegar a casa me encontré con Leónidas en el salón leyendo.
- Buenos días, cariño. Que temprano has vuelto.- dije abrazándolo por detrás.
- Bueno, tenía poco que hacer. ¿Ya has pensado que quieres hacer el día de nuestro aniversario?- preguntó mientras dejaba el libro sobre la mesita.
- ¿Tú que crees?- dije mientras me dejaba caer sobre su regazo.
- No sé, ¿qué tal una reserva en un famoso restaurante?
- Oh- me interesé
- ¿Y después, a lo mejor, al cine?- se sacó del bolsillo de la camisa dos entrada para el estreno de una de mis películas favoritas.
- Vaya, eres de lo que no hay. Tengo el marido perfecto- dije y le di un suave beso. 
- Y yo, la mujer y esposa que pueda desear. ¡Ah! Y la mejor madre que una niña tan hermosa como Mirai se merece. Ambas lo sois todo para mí.

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