CAPÍTULO 3
El sol aun asomaba tímidamente con sus finos rayos luminosos.
Zess y Karla habían preparado los caballos para la marcha. Zess había cogido la
alforja que cargaba su caballo gris, y se la había cargado al hombro. Livius se
había despertado y veía a esos dos haciendo todo eso metidos en el pequeño río.
-¿Que hacéis metidos en el río?- dijo mientras se
desperezaba.
-Tú qué crees, es para no dejar huellas en el camino. La
cargar con peso, las huellas quedan más profundas.- dijo Karla, aunque sabía
que tal vez Livius no entendería que quería decir.
El muchacho se acercó al río, se lavó la cara y hecho un
trago. Chisa y Darklore también se unieron metiéndose en el agua.
-¿No comemos?- dijo Chisa poniendo la mano en la boca.
-Tendremos que ir desayunando por el camino. En menos de una
hora tendremos a los guardias por aquí.- dijo Karla mientras le extendía a
Chisa una pequeña bolsa con frutas.
Darklore lo tuvo más fácil, en frente de los viajeros se
zampo un pez que bajaba por la corriente.
-Bueno, al menos sabe cazar jeje- bromeo Zess.
Karla condujo a los caballos a la otra orilla del río, donde
con un grácil salto se montó en el gris. Zess agarró al marrón.
-Ahora observa, Livius, tienes que hacer esto.
Zess, apoyando una mano en el caballo, dio un salto como si
fuera a montar sobre el animal, pero lo que hizo realmente fue saltar al agua.
-Ves, así mis huellas marcan que he subido al caballo, pero
no es cierto.- dijo mientras señalaba una huella de zapato, con una cierta
profundidad, por la fuerza del salto.
Livius imito en todo lo posible aquel hombre.
-¿Y Chisa no lo hace?- se preguntó Livius, mientras su
hermana chapoteaba en el agua mientras comía una manzana.
-A ella se la sube en brazos, así que no dejaría ninguna
huella.- dijo Zess mientras volteaba hacia su compañera.- Ves con cuidado, y no
te preocupes, cuidare de ellos.
- Lo único que me preocupa es que te pongas a fumar en
frente de ellos, eso es muy malo- dijo mientras se acomodaba en la silla.-
Vuestro viaje será largo, más si lo hacéis a pie. Tal vez sería buena idea que
consiguieras algún caballo.
-Tal vez, pero pasamos más desapercibidos así.
- Eah! ¡Que vaya bien!- dijo mientras daba un ligero golpe
con los estribos al caballo y éste emprendía una marcha algo rápida.
Se quedaron un rato ahí en silencio, viendo como los dos
caballos se alejaban río abajo.
-Venga, nosotros también nos tendríamos que ir, antes de que
nos pillen.- dijo Zess caminando por el agua- No salgamos del río, así no
dejaremos huella que puedan seguir.
Subieron por el río, en dirección contraria a la corriente.
A Chisa no le parecía importar, pues incluso jugaba con los peces. Zess le había
dicho a Darklore, que por ahora, también caminara con ellos por el río.
Livius estaba algo aburrido y el silencio que había con Zess
le ponía nervioso, así que intento entablar conversación.
-Ayer…- Zess no se volteó- Con solo estirar tu mano, hiciste
estallar un carro como si nada… ¿Eres un mago se verdad?
Hubo un momento de silencio. El chico pensaba que ya no recibiría
respuesta.
-Lo siento, estaba… estaba en otras cosas- se disculpó por
la pausa- Sí, algo así. Pero no soy un mago de circo, ese hacen ilusionismos o
magia básica jeje
-Entonces tú, haces magia de verdad.
-Así es, pero la magia es algo que se ha de temer, no es una
cosa de diversiones, pues consume mucho poder y te hace perder muchas cosas al
usarla…- dijo invadido de un tono nostálgico que entre corto un poco sus
palabras.
Livius entendió que algo había pasado con la magia para que
Zess dijera aquello. Iba a callar ya, pero recordó algo.
-¿Hacia dónde nos dirigimos?
-Por ahora será despistar al enemigo entrando en Lepión-
dijo Zess, omitiendo mucho más.
-Los que nos persiguen son los guardias y esos seres de
sombra ¿no?
-Así es- dijo mientras observaba un poco a su alrededor.
-Pero los guardias están al mando del Rey ¿no? Entonces ¿no
somos nosotros los enemigos? En vez de ellos.
-Hay muchas cosas que desconoces joven, el Rey de este reino
no es tan bueno como lo pintan. Muchas bocas dicen que los seres de sombra están
bajo su mando.
-Y ¿de qué lado estáis vosotros?
Zess detuvo el paso y miro fijamente a Livius con su único ojo
bueno. El muchacho noto que su pregunta estaba fuera de límite y que aquel plateado
iris lo iba a fulminar. Fueron apenas unos segundos, hasta que Zess retomo la
marcha. Incluso Chisa se había parado tensa al verlo.
-Hasta que sepas ciertas cosas, eso es difícil de explicar.
Tarde o temprano lo sabrás. Pero por ahora no quiero hablar de ello.
Livi, tendrías que
saber tú lugar en estos momentos. Ellos te han salvado de los seres de sombra.
E incluso sin saberlo del gordo y malvado jefe del circo. Y no solo a ti y a tu
hermana, sino también a mí. Así que, yo al menos, estoy en deuda con ellos.
El dragón se había puesto a su lado mientras le hablaba.
Y que tengo que hacer
yo. Es cierto que ahora no puedo volver al circo… Me he de fiar de ellos. ¿Dónde
nos llevaran después de que esta locura acabe?¿Que tendré que hacer después para
vivir?
No ves que te dejan
mucha libertad de elección. Cuando llegue el momento seguramente tengas que
elegir tú que hacer, a quien seguir y de quien fiarte. Y elijas lo que elijas,
yo estaré a tu servicio y disposición.
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