Código: RESET

--> Capitulo 11

Capitulo 12:


-¡Chris! ¡¡Chris!! Responde, ¿Dónde estás?- la voz exaltada de Ezequiel me hizo volver en mis cabales.

Di una bocanada de aire y antes de responder miré a mi alrededor. El coche se había estrellado contra uno de los árboles de la entrada, la valla estaba hecha añicos y los intrusos no tuvieron ninguna oportunidad. Una pena el trozo de jardín que ha sido atropellado por estos dos kamikazes.

- Estoy aquí, tranquilo. En la entrada. La cámara se ha roto, pero no parece haber daños más allá de los materiales.- respondí activando el aparato de comunicación.

- Como pides que se tranquilice si te ha visto saltan contra un coche en marcha.- Se escuchó responder a Wilfred.

- Ha hecho locuras peores- Comentó Daurica- Lo peor ha sido el ruido que han causado.

- Pues nada, me toca arreglar eso…- suspiro- esta será una noche muy larga…

- No tanta, en nada saldrá el sol. Ya no sabes ni en qué hora vives- Bostezaba Mathias.

Unas pocas horas después del altercado, fui al despacho del señor Florit para presentar el parte de los desperfectos.

- El jardín es lo de menos- dijo mientras hojeaba lo papeles que presenté- La valla se puede remplazar por una mejor, la cámara también… No parece que hay nada por lo que preocuparse. ¿Qué opinas tú de esto?

- Según me opinión, señor, no me esperaba un ataque tan suicida y desesperado, atacar de frente montados en un coche blindado… No es muy profesional.

- Entiendo. Aun así ha sido un gran trabajo. No creo que este sea el ataque que me informaron que sucedería- se levantó.

- Si me permite- permanecí firme- Esto no ha sido más que unos peones lanzados en las trampas enemigas solo para observar su funcionamiento. La mente de esto está evaluando nuestras defensas.

- ¿Y han descubierto a quienes pertenecía?- me miró fijamente

- No, señor- respondí claro, pero se mantuvo un momento de silencio donde parecía analizar mi inmóvil figura.

- En todo caso, manténganse vigiando y atentos. Te puedes retirar.

- ¡Sí, Señor!- di media vuelta y salí del despacho.

Avancé por el pasillo en dirección a donde suponía que se encontraría Helios. Rememoré el ataque mientras caminaba. La noche estaba tranquila, pero el ambiente no. Después el rugido del motor, el estridente golpe contra la valla. Disparé, las balas no hicieron nada y el coche seguía avanzando. Cuando me quise dar cuenta me había lanzado contra el vehículo. Maté al copiloto de un navajazo en la garganta, el conductor se estrelló contra el árbol lo que me echó fuera del coche. El impacto fue suficiente para acabar con él. En sus cuellos estaba aquello que tanto me molestaba, una espada y una pistola cruzadas. Solo un nombre me venía a la mente: Sagitta Soris.


- Pareces muy preocupado y distraído- toca mi hombro Helios, cosa que hace que yo por un segundo le fuera a atacar.

- Iba a decir que no me dieras esos sustos, pero en teoría estoy de servicio y he dejado que te acercaras peligrosamente a un punto vital.

- Bueno, no hace falta ser tan serio.- alzó el bastón para darme ligeramente en la frente.

- Esta juventud- dijo el señor Evans que venía junto a Helios.- ¿Qué os parece si nos vamos los tres a la terraza a charlar un rato? Seguro hay muchas batallitas que podemos contarnos.

Intenté rechazarlo en vano, al final acabamos los tres sentados en la terraza con unas bebidas y hablando de misiones del pasado. De alguna forma el señor Evans acabó hablándonos de los pasillos subterráneos de la casa. Pude notar que este señor se hacia el viejo y el tonto, pero que en realidad dominaba muy bien los asuntos del señor Florit. Por lo visto donde venía el dinero era del movimiento de drogas. Evans subrayó sobretodo la idea de usar los subterráneos como vía de escape en caso de emergencia, por ello nos reveló la ubicación de ellos y varios detalles más. Él notaba que algo iba a pasar y que sus vidas tal vez dependerían de esa información, de ahí que nos la revelara.

Esa misma noche, Helios y yo, descendimos y exploramos cada rincón de los pasillos en silencio. No encontramos nada pero increíblemente aquellos caminos llevaban a las afueras de la ciudad. Usando una máquina que Ezequiel nos había prestado, comenzó a elaborar un mapa simple de los pasadizos, por lo que nosotros volvimos dejando que la maquina hiciera su trabajo.

Pasó una semana y media sin ningún altercado ni percance. Pero me habían informado de que el viernes el señor Florit iba a dar un discurso en una plaza por lo que debía acompañarle para más seguridad. Tuve que preparar varias trampas en caso de que pasara algo en la mansión en mi ausencia. Aunque aún estaban todos los demás por allí, no podíamos arriesgarnos a que pasara algo por faltar uno de nosotros. Wilfred y yo estaríamos junto a dos guardias más, y el chofer, acompañando al señor Florit en el discurso en público, en el cual me ha pedido expresamente que permaneciera oculto entre el público, por lo que debía de vestir ropas casuales. Cosa que no me suele gustar. Aun así lo dispuse todo para el viernes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario