Código: RESET

--->Capitulo 1
Capitulo 2:
Por fin había llegado el fin de semana, y decidí invertir el sábado en: dormir lo máximo posible por la mañana y por la tarde echar unas partidas a la playstation con Dan y Rai.
-¡¡¡Chris, pero porque narices juegas tan bien a los juegos de guerras!!!- dijo Dan perdiendo por décima vez.
-Que mal perder, viniendo de alguien como tú jajaja – añadió Rai, mientras sacaba otro bol de aperitivos.
-Jaja ni que fuera mi culpa el jugar tan bien jaja – dije mientras le pasaba el mando a Rai para que echara una partida contra Dan mientras me dedicaba a picotear del bol.
- Sabes algo horripilante que he oído de la señora Rutt. – dijo Rai apretando botones a lo loco.
- Bueno, viniendo de un rumor, podría ser cualquier cosa. – Dan jugaba con tranquilidad en comparación a Rai.
- ¡Que cría cuervos!
- Pues ya sabes que dicen, cría cuervos y te arrancaran los ojos.
- Vaya chicos, soy muy simpáticos. – dije mientras me acomodaba en el sofá improvisado con colchones.
Este tipo de días eran los mejores, los tres metidos en el garaje de Rai. Aunque él lo usaba como habitación. Tenía todo los trastos aquí abajo, desde el ordenador hasta la tele. Lo mejor, la nevera que tenía para él solo. Y como no tenía para poner un sofá, por no gastar dinero, más que nada, junto unos colchones y le quedo perfecto.
Mientras ellos jugaban, yo me dedicaba a encestar bolas de papel en una canasta que había en el otro lado de la sala.
-Te sigo insistiendo, te tienes que apuntar al equipo de básquet. Tienes una puntería y precisión que escapa a lo normal. – dijo Rai dejando el mando.
- Le gane jejeje- Dan se levantó a echar un trago.
- No, ya rechace la invitación, no creo que sea para tanto, además me agobia pensar en correr por todo el campo detrás de un balón, con otro puñado de tíos persiguiéndote para quitártelo. – Dije mientras me levantaba y miraba la hora- A parte, no soy tan bueno… Creo que solo es mucha suerte.
 -Pues tío, si eso es suerte, debes de llevar contigo siempre una herradura, una pata de conejo, un unicornio, un trébol de cuatro hojas… porque tanta suerte no es normal.
- Tal vez tendría que echar la lotería, tal vez le toca el bote jajaja
- Je je je Que gracioso- dije con sarcasmo

Esa misma noche nos visitaría mi padre. Solo los sábados muy entrada la noche volvía a casa. Ya eran la una de la mañana y mi madre se había quedado dormida en el sofá del salón mientras esperaba. Yo me había sentado al lado sin despertarla y empecé a hojear los papeles de las facturas. Pero enseguida las deje, y cogí el libro que solía leer mi madre mientras esperaba. “Los viajes de Gulliver”. Había cambiado de libro, hacia unas semanas estaba leyendo “El Quijote”.  Por mucho que dijera que no, acabara leyendo mi estantería de libros. Aunque le recomendaba que empezara por otros, solía coger el que ella le apetecía. Ya fuese por el título o por la portada. Empecé a leer un poco el libro, me gustaba sobre todo cuando viaja al país de los caballos (Viaje al país de los Houyhnhnms).

Se habían hecho las tres y se me empezaban a cerrar los párpado. Pero entonces crujió la puerta. Mi madre rápidamente se incorporó.
- Lo siento, no pude venir antes.- dijo aquel que solía llamar padre.
- Oh! No te preocupes, quieres tomar algo.- dijo mi madre caminando hacia la cocina.
- Bueno, veamos estas facturas. – Dijo soltándose la corbata y sentándose en el sofá.- Vaya Rosmary, parece que has podido pagar la mayoría de facturas, así tendrás más dinero para usar en vosotros.
-Bueno, es que me he cambiado de trabajo, y parece que me pagan mejor.- le sirvió un café.
-El próximo sábado no podré venir, así que no me esperes. – Dijo mientras dejaba un sobre encima de la mesa- Aquí tienes el dinero de las dos semanas. Bueno, me tengo que marchar, no puedo dejar que mi familia se preocupe más por mi ausencia.
Aunque le llamase mi padre, no me parecía nada a él. Si lo pienso seriamente no se ni de que trabaja, lo que si se, es que tiene otra familia. Siento que cuando nos da este dinero, solo lo hace con el fin de que nos mantengamos callados. Ese hombre juega a dos bandas. Y lo peor es que mi madre le da igual eso. Dice que es por mi bien, pero yo me niego a utilizar el dinero que nos da. Cuando cumplí los dieciocho,  me puse a trabajar un año entero para poder pagarme la autoescuela y el coche de segunda mano. Me niego a tener que depender de ese hombre.
- Es él quien nos quiere seguir manteniendo, si él lo quisiera, podría dejar de darnos dinero y desaparecer, después de todo, no sabemos ni  donde vive. Si lo piensas bien, nos da dinero a cambio de nada.
-Mama, tú lo veras así, pero yo creo que, en el momento que te despistes nos va a joder y bien que lo va a hacer- dije y me fui a dormir.

Los domingos por la mañana también los usaba para dormir, pero un llamada al móvil me despertó.
- Chris, espabila tío. Te acuerdas que hemos quedado con Crisi y Rosa
La voz de Dan de buena mañana no era buena para mis oídos, pero enseguida me levante.
- Vale, vale. Ya me preparo… Y tranquilo que no lo había olvidado…
Rosa era mi otra compañera de clase. Ha decir verdad, me gustaba un poco. Era simpática y amable, pero había veces que se volvía muy superficial y fría. Sus notas no eran las mejores, pero se esforzaba.
- ¡Me marcho!
- No vuelvas muy tarde.
Baje las escaleras casi a saltos. Ya en la calle, me dirigí a mi coche, que estaba aparcado dos calles más a delante, subí y fui a recoger a Dan. Por lo visto no estaba solo, Rai también decidió acompañarnos. Eso no me hizo particularmente feliz, porque Dan parecía tener el ojo echado en Crisi, y Rosa parecía atraerle la gente como Raimon. Tal vez sería yo el que acabara como sujeta velas.
- Veamos quien se las liga primero jeje – dijo Rai subiendo al coche.
- Te recuerdo que vamos a hacer un trabajo grupal para subir nota, no para hacer un ligoteo.
Me aliviaba mucho que Dan fuera así de serio cuando se refería a trabajos. Habíamos quedado en casa de Crisi, sus padres estaban de viaje y tenía un amplio salón con buenos ordenadores para hacer la búsqueda y demás quehaceres. Aunque todos teníamos muchas ganas de acabar rápido el trabajo y poder hacer otras cosas, Crisi se empeñó en enseñarnos su casa. Era cinco veces más grande que la mía, tenía varias habitaciones así como un enorme salón. 
El trabajo consistía en nombrar y clasificar lo que habíamos visto en las prácticas extra en el bosque.
-Rosa, ¡qué bien dibujas! ¿No has pensado en hacer dibujo?- dijo Rai, que con la excusa ya se había sentado a su lado.
- Sí, quedaran genial en el trabajo. Dámelos un momento que los escaneo- dijo Dan interrumpiendo.
- Claro, cógelos. Me gustaría poder dedicarme al dibujo, pero mis padres dicen que de eso no se vive, y que tengo que estudiar cosas más serias.
- Encuentro que nos hacen hacer trabajos un poco tontos, pero bueno, todo sea por subir la nota- dijo Crisi que estaba al lado de Dan mirando como este pintaba en el ordenador los dibujos escaneados de Rosa.- ¿qué tal vas Chris?¿Encuentras los nombres?
-¿Eh? Sí, por ahora ya llevo casi la mitad, pero hay algunos que no encuentro, solo es cuestión de tiempo.
- Bueno pero tampoco tenemos toda la vida.
- Pues si tienes prisa Rai, échame una mano…
Cada cierto rato hacíamos una pausa para tomar algo o para charlar sobre cualquier chorrada, aunque a las chicas siempre soltaban rumores que escuchaban por ahí de los profesores.
- Este trabajo se merece una matrícula de honor.- dijo Dan pasando las diapositivas del finalizado trabajo.
- Bueno, digo yo que no será para tanto…- concluí yo
- Pues yo creo que ha quedado fabulosos.- añadió Rosa
- A qué esperas, ¡envíalo!- sentenció Rai.
Mire la hora, habíamos acabado el trabajo antes de lo que pensaba. Así que, pensé hacerle una sorpresa a mi madre e ir a buscarla al trabajo. Les pregunte si querían que les llevara a casa, pero Dan y Rai prefirieron quedarse. Al final el excluido fui yo. Me despedí de todos, no sin antes les comente que me pasaría a buscar a mi madre.
Salí de aquella inmensa casa y me dirigí al coche que estaba aparcado en la acera de enfrente.  No me dio tiempo a meter la llave en la puerta, cuando note un golpe en la nuca, caí inconsciente.
- ¡Vaya ostión le has dado! Te he dicho que teníamos que cogerlo con vida, y tú vas y le das tal golpe…
- No creo que a estés los mates con un solo golpe en la cabeza.
- Lo que sea, mira si tiene la marca y vayámonos antes de que alguien nos vea.
- ¿El aparato este funciona? …  Ahora,  sí, la tiene. Vayámonos.

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