Capitulo 3:
*Actualidad*
No estaba muy seguro de donde estaba, pero me parecía
demasiado estar atado por cadenas de muñeca y brazos. Estaba en una pequeña habitación, sin una
mísera ventana.
- Así que este es el nuevo espécimen.- dijo una señora
entrando acompañada por dos hombres de traje negro.
- Sí, y costo lo suyo encontrarlo. No vimos que destacara
por nada relevante.
- Vaya, así que es de los más inútiles… - dijo mientras se
ponía detrás de mí.
- ¡¿Quiénes sois?! ¡¿Dónde estoy?!
- Ya, todo a su debido tiempo- dijo mientras me levantaba la
camisa y giraba las hojas de un cuaderno.- Vaya, esta marca no está registrada,
habrá que mirar de donde es. Muy bien, podéis bajarle.
Aunque fue ella quien dio la orden, ella misma me soltó.
Pero lo hizo cortando las cadenas. Caí al suelo pegando de lado, tuve un rato
sin moverme por si acaso, no fuera que esa mujer decidiera hacer rodajas de mí.
Los tipos esos se marcharon sin cerrar ni siquiera la puerta. Cuando pude
incorporarme, me acerque a la puerta y mira a ambos lados, no había nadie.
Cuando tenía pensado avanzar, alguien me alerto.
- Yo que tú, no haría eso.
Parecía la voz de una chica, pero no la podía escuchar muy
bien.
- ¿Por?, no veo que haya alguien… -dije mientras empezaba a
salir- ¡¡¡AAHHH!!!
Caí hacia atrás retorciéndome, una enorme descarga me había
recorrido todo el cuerpo, paralizándome. En cuanto pude, me aleje de esa
puerta.
- Yo ya te lo advertí.
-¡¡Qué coño ha sido eso!! – dije mientas empujaba la puerta
para que se cerrara.
- Estamos encarcelados con la puerta abierta, irónico ¿no? –
Dijo aquella voz al otro lado de la pared- Eso se debe, no a que la salida este
electrificada, sino al collar que llevamos puesto.
- ¿Collar?- me dije mientras ponía las manos en el cuello,
donde, hasta ese momento no me había dado cuenta de que llevaba algo atado.-
¿Qué es esto? ¿Dónde estamos? ¿Qué quiere?
- Jaja haces muchas preguntas, creo que hay veces que es
mejor no saber todo, pero tampoco te puedo ayudar, yo hace dos paradas que he
llegado.
- ¿Dos paradas?
- Así es, creo que debemos de estar en una nave, no estoy
segura, pero creo que tal vez en el aire. Cada cierto tiempo, hacen una parada,
yo oigo como los motores se paran. Entonces llega gente nueva como tú.
- JAJA no me lo creo, me están gastando una broma ¿verdad?
-Sí, ya… Ya nos gustaría a todos que fuera una broma. Algo
que si se, es que no cogen gente al azar, buscan gente que tiene una “marca”
- Hum… sí, les oí hablar de ello- dije mientras me sentaba
pegado a la pared para intentar oírla mejor.- ¿Y el collar que más hace?
- ¿A parte de dar calambrazos cada vez que hagas algo que
los de allí fuera no quieran? Creo que también nos permite comunicarnos con los
demás aun hablando con diferentes idiomas.
- Ahora que lo pienso, ¿desde cuando tengo yo una marca?
Nunca la he visto…
- Normal, después de todo está ahí, y no la ves hasta que
con un aparato la hacen aparecer, entonces ya no vuelve a desaparecer. Estas
marcado para toda la vida…
Entonces un extraño pitido se escuchó, después una voz
seguida de pasos empezó.
- ¡ATENCIÓN! Codes, salid de vuestras habitaciones y
dirigiros al final del pasillo, sino os dais prisa se aplicara una descarga.
Seguid a los guardias, hasta el salón de actos.
Otra vez el pitido, que se calló, tras apagar el megáfono.
Tenía algo de miedo de salir, no quería repetirlo. Pero
tampoco podía quedarme o sería peor. Entonces empecé a ver a gente caminando
por el pasillo, todos llevaban el mismo collar. Me asome a la puerta. Y salí,
con algo de miedo, pero no pasó nada. Avance y llegue a la habitación contigua
donde esperaba encontrarme con la chica, pero ya no había nadie. Seguí
caminando. La gente que llevaba collar, venía con ropa informal, la mayoría.
Eso me hizo recordar que a mí también me pillaron por sorpresa y sin avisar,
así que era normal ¿No? Pero entonces vi a un chaval de unos diez años, que
venía en pijama, parecía tener mucha vergüenza al ir vestido así, pero él
tampoco tuvo tiempo de vestirse. Nadie alzaba la mirada, yo también tenía algo
de miedo, porque nos seguían de cerca unos hombres de traje negro con porras en
mano. El camino me pareció eterno, pero por fin llegamos a la sala. Era una
habitación amplia, donde al fondo había una especie de escenario, donde había
unas sillas con diversas personas sentadas. Nos hicieron quedarnos en una
especie de círculos, de pie.
Uno de ellos se levantó de la silla y se acercó al micrófono
que había delante. Al principio todos se miraban unos a otros, pero luego
dirigieron una mirada a aquel hombre de traje azul marino, con un pañuelo rojo
en el bolsillo.
- Buenos días escoria –dijo con tono solemne como si hubiese
dicho una gran verdad.- Hoy empezáis una nueva vida, olvidad todo lo pasado,
porque ese pasado ya os ha olvidado a vosotros.
- ¡Que quieres decir!- dijo alguien.
- Que crees que quiero decir, que nadie os vendrá a buscar o
se preocupara por vosotros nunca más.
- ¡No lo creo, yo tengo muchos contactos y conozco a mucha
gente influyente!- dijo otro
- No creo que sirvan ya de algo, porque los aquí presente o
estáis muertos o estáis desaparecidos o directamente ya no existís, para las
personas.
Todos empezaron a murmurar y a ponerse nerviosos, la tensión
se notaba. La gente no estaba muy segura de esas palabras, pero temían las
reprimendas que podrían recibir si se negaban a seguir su discurso.
-De ahora para adelante os “llamáis” Code, hasta que no
ascendáis u os clasifiquen con otro nombre, no tendréis nombre. – dijo con una
horripilante sonrisa- Ah! Por cierto bienvenidos a Nacoved, Todo un prodigio de
la tecnología. Una nave capaz de volar, como de… ¡sumergirse!
Entonces se escuchó como si algo líquido empezara a golpear
las paredes. Realmente estábamos haciendo una inmersión en el mar.
- Soy Hati, y de ahora en adelante me encargare de vuestro
adiestramiento.
-->Capitulo 4
No hay comentarios:
Publicar un comentario