La Marca del Destino

CAPÍTULO 6

Zess había roto un pantalón viejo y se había vendado la herida del brazo, que hacia un rato que había dejado de sangrar.

-No era tan profunda como parecía…- se dijo a sí mismo, volviéndose a poner la camisa.

-¿Un pájaro?- decía Chisa aun pensando en el tatuaje que pudo ver en la espalda de Zess.

-Creo que nos debes una explicación- sentenció Livius ofreciéndole un cuenco con la comida.

-Hay mucho que decir…

-Tenemos tiempo- se cruzó de brazos.- cuando quieras.

Zess pareció dudar por un momento, soltó un flojo suspiro y saco un cigarrillo, pero no lo llego a encender.

- Cuando nos separamos en el río, la mayoría siguió el rastro de Karla, pero unas pocas sombras siguieron el río en dirección contraria. Creo que solo por casualidad, dieron con nosotros. La primera noche, creí haberme desecho de ellas. Pero parece que no fue así…- dijo mientras se tocaba el brazo- pues nos han alcanzado. Las he eliminado todas, no han podido difundir nuestro paradero. Aun así no podemos bajar la guardia. No sabemos si se comunican de alguna forma interna.

-Y cuando pensabas decirnos esto- dijo Livius sintiendo que no confiaban en él.- ¡Cuando no volvieras y encontramos tu cadáver por ahí!

-Quería que no vierais que pasaba, pues pretendía que fuera un viaje tranquilo… Aunque tampoco se para que…  Igualmente si te alistas y empiezas a entrenar con Darklore, tarde o temprano tú también acabaras metido en peleas…- dijo mientras se tumbaba.

- ¿A qué te refieres?- dijo Livius extrañado por aquellas palabras.

- Cuando lleguemos a Poltoir, y nos encontremos con Karla. Tendrás que decidir qué hacer. Si ir y formar parte del ejército del Rey, Si quedarte del lado de los rebeldes… También los del Clan del dragón querrán échate el guante encima. En todo caso, tendrás que decidir en qué lado estas. Desde el momento que te volviste una Cadenza… No desde que tienes como Navy un dragón, tus decisiones pesaran bastante en las batallas futuras.

-Pero que dices, si no hay batallas ni guerras en el reino… -dijo Livius desconcertado.-¿Que es eso del Clan del dragón…?

-Eso es lo que nos hacen creer a todos, pero hace cosa de pocos años, el Rey cogió una mal sana obsesión por crear un ejército de Cadenzas que pudieran destruir y conquistar al reino vecino.- Zess medito unos segundos, hasta donde podía informar a Livius-  El Clan del dragón, es el clan más antiguo y más peligroso. Allí es donde realmente tendrían que enseñarte a manejar a Darklore, pero nadie conoce la ubicación del clan.

-Así que lo que me espera de ahora en adelante, depende del bando que elija…- medito el chico un momento. – Y ¿qué hace cada bando?

- Yo no creo que sea el más indicado… Se suponen que tendrías que verlo tú… pero a mis ojos, el Rey solo quiere tener más poder y conquistar otros reinos; Los rebeldes solo quieren derrocar al Rey y restablecer otro reinado; Y los del Clan del dragón… Ni idea, si te digo la verdad. Son un clan poco numeroso, pues hay muy pocos dragones, pero son una gran amenaza para cualquier bando si deciden hacer algo.

Livius le paso un trozo de tela para que se limpiara.
-¿Los seres de sombra sangra?

-No, lo que me hace preguntar si esta sangre no será de Broom…- dijo mientras observaba el paño manchado- Broom, acércate, que si realmente estas herido, Karla me echara una buena bronca…

Un lobo algo grande empezó a asomar entre los arbustos. Con paso entrecortado se sentó cerca de Zess. El lobo presentaba una edad avanzada, sus ojos mostraban los años de experiencia y en su pelaje destacaban algunos pequeños mechones blancos. Sangraba de un costado. Zess acabo haciendo tiras de ropa para vendar al animal. Después de las curas, más tranquilo, se tumbó cerca del fuego.

-¿No nos presentas?- dijo Chisa acariciando su cabeza. El lobo movió la oreja.

-Claro, este es Broom, el Navy de Karla. Él ya os conoce. – dijo Zess dejando algo de carne seca delante del animal- Me sirve para comunicarme con Karla, aunque como ya explicamos, es difícil hablar con otros seres si no son tu Navy. Pero siempre acabo entendiendo algo.

-Así que él nos ha estado protegiendo.  Muchas gracias.

Ha dicho que de nada

Es verdad, ¡tú puedes hablar con él perfectamente! Nos puedes ayudar de traductor.

- Por cierto, tu herida, la de Broom, e incluso la de tu sombrero… ¿Como las hicieron? Que tipos de arma usan.

-Armas de sombra. Suelen ser espadas y flechas. Son peligrosas, pues desaparecen. A Broom le alcanzó una flecha, pero acaban desapareciendo. Si no lo hace significa que el ser de sombra aún está vivo y que podría aparecer saliendo de esa misma flecha. Funciona parecido en las espadas.

-Vaya, sí que son seres raros.

-No, solo hay que conocerlos, y cuidarte de no tener que luchar de noche y contra muchos- dijo con algo de ironía, pues él acababa de hacer algo parecido- Mañana, nos moveremos más rápido. Tenemos que cruzar el valle de Nero, lo antes posible. Mejor si encontramos a alguien por el camino. Pues los seres de sombra no aparecerán y nos atacaran si llevamos a más gente.

Eso significa que tengo que pasar más tiempo lejos de ti…

Darklore se había enroscado en Livius. El chico trasmitió las preocupaciones del dragón a Zess.

-Sí, es cierto que tendrás que permanecer más tiempo oculto…- dijo examinando al dragón- pero oye, ya tienes un buen tamaño. Pronto Livius lo podrás montar jeje

-Esto… No, me gusta más tener los pies en el suelo. Gracias.

-Cuando salgamos del valle, nos encontraremos con la ciudad de Emiliar. Quiero hacer unas cosas. Y para entonces, Darklore ya tendrá un tamaño superior al de un caballo. Por eso pensaba volar hasta Poltoir. Si volamos, ahorraremos un tiempo precioso.

- A mí no me acaba de gustar la idea de volar…-dijo mientras pasaba la mano por la cabeza del dragón. Hacía tiempo que se había fijado, pero ahora notaba que Darklore ya lo rodeaba del todo e incluso su cola era más larga que él. Pronto tendría la altura de un caballo grande. – Era por eso que hemos estado haciendo tiempo.

-Sí, en el aire estaremos algo más seguros de ataques. No del todo. Pero nos ayuda a avanzar.


Aun no había salido del todo el sol entre las montañas y Zess ya había echo subir a Chisa y a Livius al caballo. Partieron de inmediato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario