Código: RESET

--> Capitulo 5
Capitulo 6:
Yo todavía estaba de pie cerca de la puerta por donde entre, o mejor dicho me metieron.  El médico, el típico de bata blanca, estaba sentado apuntando algo en unos papeles encima de la mesa. Dio un leve suspiro y se froto los ojos.

- Pase muchacho, siéntate en la camilla.

Remoloneé un poco en mi sitio antes de avanzar y sentarme en esa camilla que tenía la típica cobertura de papel de usar y tirar.

- No te preocupes, solo es un examen rutinario de salud, un chequeo. Solo para mirar si estas sano.

- Eso no es que me relaje mucho- dije al ver que se levantaba.

Al tenerlo más cerca pude comprobar que era algo mayor. Su pelo canoso empezaba a delatar su avanzada edad.

- Bueno, empecemos. – Dijo abriendo un pequeño cuaderno que traía en el bolsillo de la bata- Podrías quitarte la chaqueta y el jersey.

Con lo que costo ponerse la ropa esa, y ahora me hacían desvestir. Pero siguiendo lo dicho, me desnude la parte de arriba.

- Ojojo estas bien físicamente, se ve que comes sano o haces mucho deporte – dijo mientras me acercaba el frio estetoscopio- respira con normalidad…

Odiaba que me dijeran que “respirara con normalidad” porque entonces presto atención a la respiración y me olvido de como respirar. También vino lo de “Abra la boca y diga aaaaa…”

Y las pruebas siguieron: Presión sanguínea, muestra de sangre, revisión de la visión…

-Joven, tienes una vista increíble. – dijo acabando de apuntar los últimos resultados en la mini libreta.- Bueno y ahora veamos lo último, por donde tienes la marca…

- Em… la marca esa, creo que aquí detrás – dije dándome la vuelta.

- Veamos – dijo mientras se me acercaba y se ponía una especie de monóculo  en su ojo derecho para examinar la marca – Sí, otra marca desconocida, me pregunto de todas estas marcas desconocidas, ¿cuál será la que buscan ellos?

El hombre se volvió a sentar y empezó a escribir en los papeles que tenía en la mesa. Me empecé a vestir, me parecía que ya había terminado.

- ¿Le podría hacer una pregunta? – dije mientras me acercaba a su mesa

- Hum… Adelante muchacho. Pero no puedo responder nada de que esté relacionada con este lugar ni esta organización.

- ¿Cómo es mi marca?

El hombre pareció sorprenderse por mi pregunta. Por unos instantes hizo unas carcajadas.

- Es la primera vez que me preguntan por algo así jeje – dijo mientras soltaba la pluma- Tienes, por ahora, una pequeña águila recién despertada que mira hacia arriba con deseo de estirar sus fuertes alas para alzar el vuelo.

- Jeje, siento ofender, pero ha sonado un poco cursi, así que es un águila.

- Ay muchacho, puede ser que suene cursi, pero creo que cuando extienda sus alas, tú mismo la querrás lucir orgullosos.

- Espera, espera, que estas marcas ¡¡se mueven!!

No pude oír más que una pequeña risa de parte de ese señor, porque los guardianes ya me habían agarrado y sacado del lugar. Otra vez por el pasillo, pude ver que había más salas con el mismo letrero de enfermería, por lo visto estaban varios médicos examinando a los demás.

Es cierto que con tanto pasillo no sabía por dónde quedaba mi habitación, pero estaba bien seguro que por ahí me estaban llevando a otro lugar.

Ahora tocaba un lugar lleno de otros Codes haciendo diversas actividades. El lugar era grande, y había más personas con batas blancas observando a los Codes realizando diversas tareas. Desde correr en una cinta mecánica a ordenar papeles.  Me dejaron sentado al lado de una mesa, donde un hombre con un peinado que parecía desafiar la ley de la gravedad, evaluaba con la mirada a un Code que jugaba un partido de ping-pong.

-Veamos que tenemos aquí- dijo mirándome – todavía no te han dicho que tipo de Code eres ¿verdad?

-¿Eh?

-Ya veo que no…- dijo sacando un cuaderno - ¿Tienes algún dote que te haga sobresalir sobre los demás? ¿Habilidad? ¿Facultad? ¿Capacidad? ¿Algo que te haga destacar, o te ponga fuera de lo común? Da igual lo raro que sea.

- Hem…- empecé a pensar que cosa tenía que me hiciera sobresalir sobre los demás.- Nada ¿señor?

- Pues vamos bien- dijo como si mi respuesta complicara su trabajo.- Este lugar es la sala de selección. Si no sabes en que destacas hay que hacer varias pruebas, y sino sirves para nada o quedas de limpiador o como muñeco de prueba para aquellos que si tienen poder.

No sé porque pero sus últimas palabras no me alegraban, eso de que me usaran de muñeco. Intente hacer memoria. Y respondí rápidamente antes de que se le cruzaran los cables a aquel hombre.

-El médico me ha dicho que tengo una vista increíble… Y tengo muy buena puntería…- dije dudando de mi palabra.

-Hum… eso nos facilita las cosas bastante…- dijo mientras se levantaba.- Acompáñame.

Avanzamos por el lugar, me fije que algunos guardias cargaban armas. Las demás personas intentaban hacer lo que la gente de bata les decía, pero por puro miedo. Llegue a una mesa donde había una especie de escopeta de balines. En esa zona había más guardianes. En esta área había montado todo tipo de campos donde se tienen que usar armas.

-Lo voy a activar, limítate a disparar a los patos. Si haces algún movimiento extraño, atente a las consecuencias. Es una escopeta de balines, no creas que puedes hacer mucho con esto- dijo aquel tipo.

Cogí la escopeta. Esto era parecido al tiro al pato que hay en las ferias. Cargue un puñado de bolas. Activaron la prueba, y empezaron a aparecer patos de plástico a diferentes distancias y alturas. No sé cómo lo hice, pero no falle ninguno.

Aquel hombre aun no parecía satisfecho y subió la dificultad, ahora solo podía disparar a los patos amarillos, cualquier otro color lo tenía que dejar pasar. Empezó la prueba de nuevo. Los patos iban mucho más rápido y había un montón de colores. Creo que dispare unas tres veces y deje el arma cuando paro de moverse los patos.

-Increíble puntería, no te equivocabas.- dijo mientras escribía en unos papeles.- Levántate.

Aquel hombre me condujo hasta una especie de cancha, con altas barreras de acero. De golpe me empezaron a lanzar pelotas, instintivamente empecé a esquivarlas. Eran muchísimas y todas lanzadas con mucha fuerza. Pero parecía que mis ojos veían las pelotas a una velocidad muy lenta, pues podía intuir por donde se dirigía y donde me tenía que colocar para esquivarla. En un rato las personas pararon.

-¡Eso también ha estado fabuloso!- dijo el hombre del peinado escéptico, quien empezaba a dejar entre ver sus emociones.- Ahora encesta.

Me paso una pelota. Mire a mí alrededor. Pero no vi ningún tipo de canasta. Me encogí de hombros mientras miraba a aquel hombre.  Este señalo hacia fuera de la reja, donde había una papelera cerca de la mesa. La gente, o mejor dicho los Codes, le miraron, sus ojos demostraba que aquello que pedía era imposible.

-Yo también lo creo…- me dije en voz baja mientras examinaba el lugar.

La valla metálica no era muy alta, y con algo de suerte la podría pasar, lo difícil es que coja un ángulo para que la parábola caiga en esa papelera. Me puse de espaldas a la dirección de la papelera. Si quería que cogiera suficiente velocidad y ángulo, tenía que pegar y revotar en la pared. Expire, di un salto y con un suave toque la pelota revoto en la pared, pego en el suelo, revoto en la mesa y entro en la papelera. No me lo creía, la gente que había por los alrededores y vio la proeza empezaron a aplaudir. Yo no sabía dónde meterme de la vergüenza.

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