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--> Capitulo 9

Capitulo 10:


- ¡Chris! Ezequiel se ha dormido sobre el caballo- protestaba Mathias

- ¿Y qué quieres hacerle? Más sitio para nosotros- comenté mientras mantenía el equilibro en la pared del remolque.

- No protestéis, hemos tenido que meternos en lugares más estrechos.- Remarcó Daurica, quién intentaba mantenerse lo más alejada del animal aunque era imposible.

- ¡Oh! Eso me recuerda cuando estuvimos en Malasia. Nos teníamos que colar por un conducto de ventilación.- juntó las manos Sali, comentándolo

- Es verdad, Había unas ratas del tamaño como mínimo de una granada.- se animó Mathias

- ¡Hey! A los de ahí atrás, esto es un remolque para caballos, y los caballos no hablan.

Todos nos callamos. En breve llegaríamos al lugar de destino. En las cuadras nos esperaba el señor Florit, el hombre que nos contrató.

- Buenas Tardes, espero que el viaje no haya sido muy movido- saludo antes de estrecharme la mano- ¿Sois el escuadrón Eagle?

- El mismo, Señor- formalicé.

- Bien, pues síganme.- empezó a caminar- Ahora estamos en mis cuadras privadas, podéis estar por aquí tranquilamente. Tengo varias hectáreas para los caballos, una pista de golf, unos preciosos jardines y el sobrante pertenece a la mansión.

Aquel hombre nos hizo un tour enorme por todas sus tierras y por dentro de la mansión mostrando toda clase de objetos y reliquias costosas, desde cuadros, esculturas a muebles. Había bastantes sirvientes atendiendo las necesidades tanto de la mansión como del exterior.

- ¡Ah! Casi lo olvidaba, llegaron vuestras pertenencias y ahora están en el piso de los sirvientes, donde os alojareis. Preguntarle a cualquier sirvienta para que os lleve hasta allí. Yo ahora estoy muy ocupado, pero quiero hablar con el que manda del grupo y poder marcharme ya a trabajar- señaló una puerta que claramente era su despacho.

Les hice el gesto de que exploraran los alrededores y entré con aquel corpulento y derrochador hombre.

- Bien- suspiró al sentarse, la silla chirrió quejándose- ¿Cuánto tardarán en acomodarse al lugar?

- Como mucho, dos días, hay mucha hectárea que revisar y preparar.- respondía rígido con las manos tras la espalda y posado firme- Pero, permítame decirle que en un día estaríamos listo si me diera ciertos elementos.

- ¿Cómo cuáles?- arqueó una ceja

- Un plano de la casa y de los alrededores, también queremos el acceso a la sala de seguridad y a las cámaras de vigilancia.- Dije, a lo que él tardó en responder.

- Bien, os daré el control de la seguridad. Pero esta noche os presentaré a la familia y quiero que ya pongas a algunos como guardaespaldas personales.- abrió un cajón- ¡Ah! Y está totalmente prohibido salir de los terrenos si no es acompañando a alguien. Puedes retirarte.

- Sí, Señor- di media vuelta y abandoné el despacho.

La dichosa mansión era enorme, pasé un buen rato dando vueltas por los pasillos hasta que una sirvienta me pudo indicar como salir de allí. Le pedí a un mayordomo que me indicara el camino hasta la habitación donde nos quedaríamos. Pasamos por delante de las habitaciones del servicio y la verdad es que eran deplorables en comparación a la casa, muy simples pero eso era mejor que nada. Por lo visto, nos tocaba a todos dormir juntos en el suelo de una sala que parecía un trastero por la cantidad de trastos y cajas que había. Por no decir del polvo, fijo que si estornudaba, levantaría una nube que no se marcharía ni abriendo las ventanas. Que por cierto, ni tenia o si tenía tendrían que estar bajo aquella enorme pila de trastos.

- ¡Ja!- Me siento indignada, protestó Daurica a mi espalda- ¿Tendremos que estar ahí metidos…?

- Va, no te quejes. Estuvimos durmiendo en lugares peores. Recuerdas la misión de Mali, aquello no era ni chabola.

- ¿Tan mal lo ves?- apareció Helios, entró en la sala y palpó las cajas- Solo hace falta una mano de limpieza. Igual, poco estaremos aquí metidos. He estado buscando lo que me pediste antes de venir.

- ¿Y bien?- indagué en nuestros equipajes en busca de mis accesorios.

- Hay varios pasadizos secretos. Podrían servirnos para evacuar a los de la mansión si tienen salida claro.

- Hoy a la noche nos presentará a los otros miembros que hay que proteger. Y me dará un plano del lugar, así podremos ver si será honesto con nosotros o nos ocultará cosas.- Le pasé a Helios sus cosas- Por cierto, ya podemos decirle a Ezequiel que tiene el control de la seguridad. Que ya puedes ir a buscar donde esta eso y que se ponga a ello.

- Si no recuerdo mal… Creo que esta fuera echándose una siesta al sol.

- Siempre os olvidáis que tenéis los dispositivos de escucha encendidos- Escuché a Ezequiel a través del pinganillo.- Christofer, te he oído alto y claro. Mandé a Sali a buscar la sala, cuando la encuentre, iré de inmediato- dijo ya lo último bostezando.



Ya pasada la cena fuimos llamados al gran salón donde la familia había acabado de comer. Era una mesa larguísima para ser solo cinco personas en ella. En entrar los siete nos pusimos firmes como si estuviéramos en presencia de alguien de alto cargo.

- Aquí tenéis al escuadrón Eagle. Ellos serán los encargados de protegernos de ese próximo ataque del que os hablé-hablaba moviendo de vez en cuando la copa de vino.- Esta es mi mujer Marie, mis hijos Eric y Diane, y mi padre Evans.

- ¡Ooh! Papi yo quiero como guardaespaldas al del centro.- se balanceaba la chica en la silla.

- ¡Diane! ¡Tus modales!

- Lo siento, pero ya tenemos los grupos preasignados- respondí con todo firme, lo que pareció asustarlas en un primer momento.- Por vuestra seguridad, permitan que mis compañeros trabajemos protegiéndolos. Sin alejaros de nuestro campo de visión.

- Hola, Diane. Soy Daurica, puedes llamarme Rica si quieres. Seré su guardia, llevemos bien ¿vale?- se acercó a hablar con ella.

- No, no y ¡¡no!!- empezó a patalear- ¡Yo quiero un chico!

La madre se levantó y le dio una bofetada.

- Estamos frente a más personas, tienes dieciséis años, deja de comportante como un bebé.- se formó un pesado silencio en la sala.

- Por favor, siga- habló unos minutos después el señor Florit

- Bien, junto a usted irá Wilfred. El señorito Eric será protegido por Mathias, el señor Evans por Helios y con la señora Marie irá Sali.- fui diciendo mientras mis compañeros se colocaban junto a sus respectivas personas.- Yo estaré a cargo de las vigilancias generales y él- presenté a Ezequiel- controlará la vigilancia de cámaras y demás.

- Vaya, ¿pero alguien tan joven se va a poder hacer cargo de la sala de cámaras?- se sorprendió la señora con un gesto un tanto raro.- ¿Qué edad tiene el pequeño? Parece de la edad de Eric.

- Mujer, no puedes cuestionar su profesionalidad si aún no han podido hacer nada.- respondió el señor.- De igual forma, no me acaba de gustar, que mi padre tenga como guardaespaldas alguien que está más ciego que el pobre.

- Pero, papá…- habló por fin el otro integrante de la familia- si el abuelo y el ciego están echando una partida al ajedrez desde hace un rato…

Todos se centraron en aquellas dos personas que se habían alejado ya del jaleo y estaban sentados uno frente al otro disputando una tranquila partida al ajedrez.

- Permítanme la intromisión, pero puedo asegurar que mis compañeros y yo somos extremadamente competentes dentro de nuestros campos. Así que no duden en la seguridad que les proporcionaremos.

- Veis, ya le habéis oído. Ahora cada uno a hacer lo que tengáis que hacer- finalizó el Señor Florit la cena y todos los comensales se levantaron y se dispersaron por la mansión junto a sus nuevos guardias.

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